miércoles, 5 de noviembre de 2008

El Nombre que esta sobre Todo nombre

Imprescindible es creer. Que fin tiene el hombre si en nada cree?
Saber de la existencia de "algo" más, que supere toda expectativa conocida en este mundo de ir y venir, presurosos, cansados y siempre inquietos. Si bien decía Hamlet en su eterna pregunta:
"Ser o no ser, ésta es la cuestión. ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia? Morir es dormir. ¿No más? ¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron y los dolores sin número, patrimonio de nuestra débil naturaleza?... Este es un término que deberíamos solicitar con ansia. Morir es dormir... y tal vez soñar. Sí, y ved aquí el grande obstáculo, porque el considerar que sueños podrán ocurrir en el silencio del sepulcro, cuando hayamos abandonado este despojo mortal, es razón harto poderosa para detenernos. Esta es la consideración que hace nuestra infelicidad tan larga. ¿Quién, si esto no fuese, aguantaría la lentitud de los tribunales, la insolencia de los empleados, las tropelías que recibe pacífico el mérito de los hombres más indignos, las angustias de un mal pagado amor, las injurias y quebrantos de la edad, la violencia de los tiranos, el desprecio de los soberbios? Cuando el que esto sufre, pudiera procurar su quietud con sólo un puñal".
Por mi parte, yo he decidido creer en el amor de Dios y por concomitancia en su eterna existencia; misma que se manifiesta día a día en cada detalle de la vida, por mínimo que éste resulte. Creo que lo que le falta al mundo es temor de Dios. Si realmente le temiéramos, obedeceriamos con un celo abnegado...nos amaríamos todos sin necesidad de inventar tanta regla a causa de la falta de empatía entre los hombres y el dolor que todo esto causa. Ahora también y mentras sorbo el café recuerdo, la carta de Saulo de Tarso a la comunidad de Filipo: "Y se humilló a sí mismo (Jesús), obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos (es decir; que incluso el que no creyó también habrá de postrarse), y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre".

Conjunciones sin Vocales

A veces se siente raro cuando alguien más toca la guitarra y no son mis manos las que se sueltan bailando y trazando figuras extrañas sobre el diapasón de madera. Que alguien más lo haga me da tiempo de poder percibir como se escucha la inspiración de otros cantada en voces que hasta antes de ese momento no conocía, y así enfocarme un tanto mejor en el sentimiento propio y mucho menos en seguir el tono adecuado, la figura de la voz precisa y poner los acordes correctos. A veces se siente raro cuando a tu amigo, el que canta, le piden canciones que tu sí te sabes y quisieras arrebatarle la guitarra en el transe recurrente y constatar que las seis cuerdas de nylon suenan exactamente igual que las que tu tienes en casa. Es agradable ver como los corazones se despiertan, y las miradas se pierden, buscando algo que no encuentran en el suelo mientras sus labios cantan llenándose de entusiasmo y de palabras por alguien mas pensadas. Ver como la música descubre los verdaderos rostros y deshace dentro del baúl del olvido las facciones dibujadas, borradas, aparentadas. Y es entonces cuando todos los presentes invocan al unísono amores ausentes, amigos lejanos y momentos pasados; donde todo se agita y se mezcla; y el tiempo no pasa; y la mezcla heterogénea alcanza dimensiones únicas!...Y es justo en éste vértice donde ya no hay retorno y se puede afirmar que tanto el que canta y el que observa es invariablemente el mismo...uno o el otro.