lunes, 17 de noviembre de 2008

Nocturnales

Me recibió el día con la cama desacomodada, la guitarra de compañera recostada a mi costado y ocupando las dos mejores almohadas que tengo. Quizá pasamos ella y yo una velada encantadora, de copas de más y jugueteos románticos…pero de esto no me acuerdo, y pues como guardó silencio al sentir que me despertaba, me atreví a no tener que repetirle lo mucho que la quiero.
Para acabar de dejarme con la cabeza plana, la oscuridad del cuarto confundía las horas y pude sin temor a equivocarme, afirmar que eran todas las horas juntas del mismo día. Cubierto hasta el cuello con las sabanas color guinda, recobre un tanto mejor el sentido de la realidad y al intentar moverme, me sentí atrapado como pez en una gran red de cuerdas gruesas. Cuando finalmente pude girar, recostado todavía, la primera imagen de hoy fue el montón de libros en pilas, de colores y tamaños varios, acomodados unos sobre los demás e intentando todos juntos quebrantar la fortaleza de las patas de la mesa. Pensé por un momento que por leer tanto y diferentes cosas al mismo tiempo, es la causa de mi constante desatino en distinguir entre un autor de otro; o mejor aún, entre un lunes y un jueves; o pero aún, entre lo que te gusta de lo que no.
Todos los días se parecen, y como alguien escribiera alguna vez: “El rechinar de la tierra girando sobre su eje es el mismo invariablemente cada vez que da vuelta”.
Sabes que tenia planes para regalarte el día, esperaba si quieres que algo diferente pudiera sucedernos; pero tus planes y mis ideas no coincidieron en lo que le resto a la tarde. Se me ocurre pensar que te sucede lo mismo, y ya te haz dado cuenta que todos los días entre sí son iguales. Quisiera concluir, que de la noche aún no pienso lo mismo porque cada una es diferente a la otra. Cuando el sol se oculta y la inspiración me acosa, puedo sorprenderte parado bajo un farol de una calle pedregosa. De noche si digo, y hago, y rasgo, y siento…se me ocurre a mi favor declarar que si referencias de un servidor buscas, tal vez y solo tal vez, la guitarra en la forma de un delicado acorde a ti si te responda.