viernes, 15 de enero de 2010

Paseo Nocturno

Si ya sabes que aquí existes,
¿porque gustas de esconderte?
de husmear entre pasillos,
entre los muebles de mi casa,
en mi cama,
como si así sentada, ya sin hacer ruido,
fueras a pasar por mis ojos,
despreciada, inadvertida.

Tratando vas, tratando,
de quedarte imantada por tu paso
en todo lo que tocas.
En mi cuerpo, de tu esencia lleno,
de tus labios lleno,
con tu aroma de mujer que emites, lleno,
de rosas vagabundas
nadando todas juntas recostadas por un río.

Como un golpe irrumpes,
para robar de a poco, la paz y serenidad a esta tú casa.
A deshoras llamas a la puerta,
al perro despiertas,
al perico le adelantas la madrugada aún lejana,
y a mi me levantas en medio de la noche
para visitar mi mente
y quedarte nomás viéndome,
sin decir nada.

¡Y ahora sí! Yo ya presa de insomnio,
tú muy quietecita, ahí sentada.
¡Si alborotado has, ya a todo el vecindario!

Ahora mejor me cuentas algo,
y mas vale que sea algo interesante,
porque te recuerdo que aquí
no son las cinco de la tarde,
para andarte paseando por mi cuarto
como si fueras de compras.