martes, 23 de diciembre de 2008

Bajo Llave

La oficina del patrón es su despacho privado. Se guarda bajo llave y solo él tiene la contraseña para entrar en ese mundo tan lleno de él y de sus cosas, bajo llave, donde todo lo privado se guarda de empleados curiosos.
Muy bajo llave...pero ni así se guarda del polvo y del tiempo, que hoy mi rostro me confirmó que por muy guardado, de cualquier modo aquel lo toca…poco a poco… y a todos en diferentes posturas sin que de ello demos cuenta oportuna.
Me imagino que lo que el ingeniero esconde dentro de su privado ha de ser igual de común que lo que yo guardo bajo el cajón de mi cama: Papeles (sobre todo) con anotaciones al derecho y al reverso y manchones diversos en tintas de colores. También algo de música vieja, de esa que ya nadie oye, y un que otro folleto con dibujos expresionistas y siluetas encantadas de logotipos mal pensados.
Pienso ahora en su rostro estupefacto cuando por la mañana el patrón vuelva a su despacho y encuentre todo consumido por el incendio de anoche que destrozó la oficina y llegó hasta el estacionamiento subterráneo. ¡Cara de asomo, lo imagino!...y después seguido de la segura pregunta del ¿Cómo que hasta aquí las llamas causaron estragos?
…Muy seguros, muy seguros, por la vida vamos como si a nosotros el vaivén cotidiano junto con el constante roce de ésto que llamamos vida no fuera a tocarnos, así de pronto, por el simple y llano hecho de vivir siempre con los cerrojos puestos y eso sí…muy bajo llave.