martes, 11 de enero de 2011

Permanencia Voluntaria

La vida se va
sentada en camiones, en trenes;
desesperada en salas de espera,
paciente recostada
de paso en las plazas y los ojos en vilo;
a la espera del amante
y seducirlo en la fragilidad
de sus propias manos.

El crujir sordo de la hoja marchita
deslizada
acariciando el aire con brutal caída.
Lágrima que moja,
en el desconsolador descenso,
mejillas y sueños,
pendiendo en vertical constante hacia abajo;
siempre hacia la levedad de nuestros días.

Permanecer…
busca el amante desnudo
aferrado a su tabla de carne y hueso.
La palabra pronunciada,
inmortalizar su esencia sobre el papel plasmada.
Quien la escribe,
quien piensa,
No así busca, el limitado tiempo,
cambiar de nombre
rostros y calles.

Dejamos para encontrarnos perdidos
unos a otros casi a diario.
Cada día hay una mujer fértil en el mundo
para que a la hora del naufragio
no salgamos a Dios con aquel cuento:
Que dejamos de buscar mejores hombres;
por no tener en donde ayudarle a crearlos.